Fechas, fiestas, vestidos repetidos sin que nadie los vea, mis piernas de a ratos.
El raspón de mi brazo derecho que te pertenece. Querer que pienses en infinitivo y digas 'acariciar la espalda de la mujer que amo'. Querer que pienses en mi como 'la mujer que amo'. Ya no pienso en mis piernas.
Son tus ojos los que sostengo sin miedo, en todas mis facetas, siendo yo hasta el cansancio.
Dándote de comer en la boca, esa que cuando pienso que pueden besar otros labios, me desconozco.
A rayas, en diversos colores y sin que me guste que sea a cuadros, sos vos. Y siento que fuiste siempre, aunque no me hayas agarrado la mano y obligado a escribir en tu nombre.
Me dirimo entre una sorpresa enorme o el motivo de un 'era obvio'.
Ellos siempre duermen mientras yo intento entender, escribir para entender o escribir porque me duelen las manos de apretar esta verdad que aún no se cuela entre los dedos.
El raspón de mi brazo derecho que te pertenece. Querer que pienses en infinitivo y digas 'acariciar la espalda de la mujer que amo'. Querer que pienses en mi como 'la mujer que amo'. Ya no pienso en mis piernas.
Son tus ojos los que sostengo sin miedo, en todas mis facetas, siendo yo hasta el cansancio.
Dándote de comer en la boca, esa que cuando pienso que pueden besar otros labios, me desconozco.
A rayas, en diversos colores y sin que me guste que sea a cuadros, sos vos. Y siento que fuiste siempre, aunque no me hayas agarrado la mano y obligado a escribir en tu nombre.
Me dirimo entre una sorpresa enorme o el motivo de un 'era obvio'.
Ellos siempre duermen mientras yo intento entender, escribir para entender o escribir porque me duelen las manos de apretar esta verdad que aún no se cuela entre los dedos.